Y no es para menos: por término medio pueden transcurrir entre 6 y 12 meses (como mínimo) antes de que el sistema ERP sea plenamente operativo. Por ello (y por la gran cantidad de recursos que consume) las dudas sobre la incorporación de estos sistemas están más que justificadas.
Así que? ¿Por qué implantar una aplicación ERP?
Un ERP es un sistema de información capaz de centralizar y unificar los datos procedentes de los distintos departamentos empresariales facilitando la fluidez de la información. Tanto gerentes como mandos intermedios contarán con información unificada en tiempo real que facilitará el proceso de toma de decisiones.
¿Qué ganan las empresas que apuestan por un ERP?
1. Mejora el proceso de toma de decisiones. Tal y como adelantábamos al principio del artículo, los sistemas ERP permiten crear una base de datos compartida con más información y de mayor calidad que los responsables podrán visualizar en su pantalla en tiempo real agilizando y mejorando el proceso de toma de decisiones.
2. Planificación realista de los escenarios futuros. Al disponer de información de mayor calidad es posible realizar estimaciones y previsiones realistas anticipándonos a los escenarios futuros.
3. Las mínimas duplicidades. En las empresas que todavía no cuentan con una solución ERP es fácil comprobar que sus departamentos actúan con cierta independencia unos de otros, por lo que acaban generando registros e informes por duplicado. La integración que supone el ERP permitirá disminuir drásticamente estas duplicidades.
4. Los sistemas ERP son modulares. Los ERP están formados por módulos. De esta manera podrás implantar los módulos que tu empresa necesite en cada momento. Si en el futuro tu empresa evoluciona y crece tu ERP lo hará con ella si incorporas nuevas funcionalidades.
5. Total adaptación a las necesidades de tu empresa. Todas las empresas son diferentes. Por ello el proveedor de tu sistema ERP deberá realizar un análisis previo sobre las necesidades de tu organización para garantizar que la aplicación se adapta perfectamente a ella. La solución ERP debe adaptarse a tu negocio, no al revés.
6. Mayor control y trazabilidad. Los sistemas ERP facilitan el seguimiento del producto a lo largo de la organización, desde que entra la materia prima hasta la entrega del producto acabado a los clientes.
7. Integración con el resto de los miembros de la cadena de valor. El nuevo concepto ERP supera los límites de la empresa añadiendo a otros integrantes de la cadena de valor: clientes y proveedores. Así el proveedor pasa a ser un socio estratégico del que podemos extraer una ventaja competitiva al participar activamente en el diseño y desarrollo de nuevos productos aportando su experiencia. Respecto a los clientes, los ERP permiten contar con más información y de mayor calidad que permitirá ajustar las órdenes de producción y de compra a sus necesidades. Por otro lado dispondremos de una base de datos sobre nuestros clientes segmentada que nos permitirá realizar campañas de marketing orientadas a segmentos específicos.
8. Mejor comunicación interna. El ERP suprime las barreras a la información entre los distintos departamentos integrándolos y mejorando la comunicación interna.
9. Automatización de tareas. Los sistemas ERP permiten automatizar tareas pesadas y repetitivas que anteriormente se realizaban a mano (generación de guias, facturas etcétera). De ese modo nuestros operarios podrán dedicarse a tareas más productivas que realmente son las que nos aportan valor. Pero es más, al reducirse el componente humano, caerá el número de errores (aunque no se eliminará del todo dado que seguirán siendo necesarias ciertas acciones manuales como la introducción de datos).
10. Menos costes, más competitividad. La mayor eficiencia conseguida, la disminución en el número de errores y la reducción de tareas duplicadas permiten disminuir los costes empresariales. La reducción de costes nos va a permiti Aumentar nuestro margen de beneficios al caer el coste unitario. Reducir el precio de cada producto al disminuir su coste. O ambas.
11. Aumento del rendimiento y del retorno de la inversión en el largo plazo. Gracias a todas las ventajas anteriores se podrá conseguir un incremento de la rentabilidad y de los beneficios. En otras palabras, el aumento del rendimiento conseguido con la implantación del ERP compensa, en el largo plazo, la inversión inicial realizada. En conclusión, si bien es cierto que implantar un ERP es un proceso complejo, no necesariamente debe ser doloroso si se gestiona adecuadamente y se dispone del equipo adecuado para líder el cambio. La recompensa la encontraremos en las enormes ventajas que reportará a la empresa que incorpore esta solución?
¿Estás preparado para sumarte al cambio?